Una vida sana y llena de sabor. Cuidarse es tan fácil como leer este decálogo de consejos e instroducirlos poco a poco en nuestros hábitos cotidianos. Cuando lo hayas conseguido, pensarás cómo pudiste pasar tanto tiempo sin incorporarlos a tu rutina.

¡Ahí van!

Bebe, pero bebe agua.

El agua es salud y, lo mejor, es acostumbrarse a vivir cerca de una botella y darle un buen trago habitualmente. Lo recomendable, aunque cada persona es un mundo, es beber cerca de dos litros diarios. El agua limpia y purifica al organismo por dentro, elimina las toxinas y contribuye a digerir mejor los alimentos.

Controla tu dieta

No existe la comida basura, sino la dieta basura. La mesura y en los buenos hábitos alimenticios son el ‘quiz’ de la cuestión. Merecemos una vida mejor dentro de un cuerpo más saludable y nuestro régimen alimentario tiene mucho que decir.

Cinco comidas es mejor

Procura realizar cinco comidas al día: desayuno (¡desayuna!), media mañana, comida, merienda y cena. Siempre es más recomendable comer poca cantidad y de forma más frecuente.

¡Muévete!

Sabemos que no a todo el mundo le gusta practicar el deporte pero la actividad física es fundamental. Si eres de los que piensa que correr es de cobardes, busca alternativas. Bájate una parada antes en el metro o en el autobús, olvídate del ascensor y sube a pie a tu casa, pásate de la barra del bar a la pista de baile…

Cuidado con la sal

De nuevo de vuelta a la mesura. La sal no es perjudicial por si misma pero un exceso propicia la retención de agua y una presión arterial alta, lo que puede llevarte a sufrir hipertensión u otras enfermedades cardiovasculares.

Minimiza tu estrés

Esta vida es de locos, estamos de acuerdo. El trabajo, la falta de trabajo, los atascos, las colas, las relaciones personales, el ruido continuo… Sin embargo, no puedes permitir que el estrés domine tu vida. Párate, piensa, respira hondo y sopesa qué elementos de tu vida te están quitando salud y cómo puedes reconducirlos.

No sacrifiques, ¡nunca!, el sueño

Procura dormir, al menos, ocho horas diarias. Volvemos a que cada persona es un diferente y quizás haya quien necesite menos horas de sueño. Sea como sea, nadie debería dormir menos de lo que necesita. El mundo puede esperar pero tu cuerpo no puede ser forzado sistemáticamente.

Aleja los vicios

Es un tópico pero ya sabes cuáles son los productos de los que te debes alejar: tabaco, alcohol,…éste último solo en grandes dosis. No pasa nada por disfrutar de una cervecita o una copa de vino; y, de nuevo, nos hemos topado con la mesura.

¡Piensa!

Una mente activa, una memoria entrenada, el fomento de la lectura… El ejercicio intelectual es salud, la mejor forma de engrasar nuestro cerebro y prevenir males futuros. ¡Desempolva tus recuerdos antes de tirar de la Wikipedia o del teléfono móvil!

Gústate

Gústate y gustarás. Sé feliz, sonríe. La risa es la mejor terapia de vida. Cualquier problema es más ligero cuando uno está a gusto consigo mismo. Seguro que si sigues los nueve consejos anteriores, ¡será mucho más fácil cumplir este décimo! Y viceversa J