Conseguirlo, además, manteniendo las características organolépticas de los productos. “El chorizo tiene que seguir sabiendo al chorizo de pueblo de toda la vida pero ser más saludable. La sopa igual. Que yo sea hipertensa no significa que me tenga que tomar la sopa más sosa del mundo. Se trata de mantener los hábitos logrando productos con un mejor contenido nutricional”, abundó.
Los ingredientes funcionales se han aplicado por ahora a productos cárnicos; de confitería; pescados congelados y purés de verduras, cereales y lácteos. En el caso de los embutidos, El Hórreo ha estado trabajando tanto en chorizos como en salchichas. Carinsa, por ejemplo, se ha centrado en el desarrollo de aromas y fragancias alimentarias.
La investigación se basa en la incorporación de fibras con alta viscosidad y fibras que retrasen la absorción de hidratos de carbono y lípidos en el intestino, el incremento de proteínas, la limitación de la absorción intestinal de nutrientes utilizando polifenoles como inhibidores de la acción de las enzimas digestivas y la modificación de la microbiota intestinal por efecto de los polifenoles, probióticos o fibras.
La primera etapa del proyecto se ha centrado en la obtención de ingredientes saciantes de origen animal o vegetal -aromas, fibras, extractos de polifenoles de uva y olivo- y probióticos con potencial efecto saciante. La protección de los ingredientes así como su paso por las diferentes partes del sistema digestivo son clave para que los compuestos puedan ejercer su función con el paso del tiempo, y las características físico-químicas, biológicas y organolépticas se mantengan correctamente.
En la fase casi final del proyecto, previa al desarrollo de los prototipos de productos con el ingrediente funcional, se llevará a cabo la intervención con humanos. Un grupo de pacientes con sobrepeso y problemas de obesidad del Hospital de la Paz degustará los alimentos para poder obtener las conclusiones definitivas.
El exceso de peso está considerado, en la actualidad, uno de los principales problemas de Salud Pública. El motivo radica en su relación con enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, diabetes, hipertensión arterial, arterioesclerosis, dislipemia, trastornos del sistema locomotor e incluso algunos tipos de cáncer. En particular, en España las enfermedades cardiovasculares son una de las primeras causas de muerte y hospitalización, produciéndose cada año 120.000 muertes por esta causa.
En comparación con el resto de Europa, nuestro país se sitúa en una posición intermedia en cuanto al porcentaje de adultos obesos. Sin embargo, la población infantil española, se encuentra a la cabeza sólo sobrepasada por Malta, Italia, Reino Unido y Grecia.