Una morcilla asturiana de calidad y, además, saludable

Embutidos El Hórreo forma parte de la Marca de Calidad Morcilla y Chorizo Asturianos, que garantiza la autenticidad de un producto peculiar por su elaboración y su sabor

La morcilla asturiana no puede faltar en la fabada, uno de los platos más populares de la gastronomía española. Es especial porque, sin ella, no se puede entender éste y otros platos de cuchara del norte de España, como el pote asturiano, y porque no se suele comer sola, a diferencia de otras morcillas españolas como la de Burgos o la de León. Es también especial y diferente por la temperatura y la humedad que le confiere el clima de Asturias y por su proceso de ahumado. Para garantizar su autenticidad y procedencia, existe la Marca de Calidad Morcilla y Chorizo Asturianos que integran 24 empresas asturianas. Entre ellas, El Hórreo Healthy Food, que ha hecho un esfuerzo, no sólo por mantener la calidad y la tradición en la elaboración de la morcilla, sino porque sea saludable. Como hacemos con todos nuestros embutidos, reducimos los componentes cancerígenos, hasta prácticamente hacerlos desaparecer, gracias a un innovador sistema de ahumado por fricción.

Cómo se elabora la morcilla

 

Si busca en Internet, encontrará más de cien platos que tienen como ingrediente la morcilla asturiana. Las posibilidades son infinitas. Pero, entre todos ellos, hay dos que le han dado mayor popularidad: la fabada y el pote asturianos. Morcilla, chorizo y panceta –a la que algunos añaden el lacón- integran el compango, el acompañamiento indispensable de los platos de cuchara de Asturias. Y sin el clima asturiano y sin su humedad, no se puede entender el sabor fuerte, intenso y característico que diferencia a la morcilla asturiana. Y quizá por esa humedad, tras realizar la matanza del cerdo, se empezaron a ahumar las morcillas en las casas asturianas, normalmente al calor de maderas nobles como el roble, el castaño o la encina.

Primero se embutían las morcillas, en la propia tripa del animal, con sangre de cerdo, grasa y/o tocino, cebolla, pimentón, sal y especias. Luego se escaldaban en agua hirviendo y, en ristras, se colgaban en los varales. Finalmente se sometían a un proceso de maduración-desecación mediante ahumado natural, que solía oscilar entre 5 y 15 días.

Sello de calidad

Hoy las empresas productoras intentan reproducir este proceso de manera artesanal y siguiendo unos estándares de calidad. Al menos así lo hacen las 24 empresas que integran la Marca de Calidad Morcilla y Chorizo Asturianos, de la que El Hórreo Healthy Food forma parte. El sello nació impulsado por la Asociación de Industrias Cárnicas del Principado de Asturias (ASINCAR), y con el apoyo de la Consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos del Principado de Asturias. Su objetivo: garantizar la procedencia y la calidad de estos dos embutidos asturianos.

En este momento sólo pueden etiquetarse como Morcilla y Chorizos Asturianos aquellos productos elaborados por empresas radicadas en Asturias, que formen parte de la marca colectiva y que cumplan el reglamento que la regula. Se hace así frente a los múltiples casos de fraude que se han registrado. No en vano, empresas ubicadas fuera de la región habían vendido como asturianos embutidos elaborados en otras comunidades autónomas, aprovechándose así de la fama que se ha ganado a pulso el producto asturiano. ASINCAR informaba a principios de 2017 que, en los últimos cinco años, habían enviado hasta medio centenar de requerimientos a otras tantas empresas que producían y comercializaban morcillas y chorizos como si estuvieran hechos en Asturias para que dejaran de hacerlo.

Una morcilla saludable

Como integrante de la Marca de Calidad Morcilla y Chorizo Asturianos, nuestra empresa, El Hórreo Healthy Food, se compromete a garantizar la procedencia asturiana y a mantener unos estándares de calidad de la morcilla asturiana. Pero, además, uno de nuestros principales empeños es ofrecer al consumidor una morcilla saludable, como hace con todos sus productos. Y lo conseguimos gracias a un innovador sistema de ahumado por fricción, con el que reducimos, hasta casi hacerlos desaparecer, los componentes cancerígenos de los productos ahumados, los llamados benzopirenos. De esta forma, el consumidor podrá abandonarse con mucha mayor tranquilidad a las tentaciones culinarias. En este caso, a la morcilla asturiana.

La morcilla ha sido demonizado por su aporte calórico y su alto contenido en grasas, algo innegable. Pero hay que tener en cuenta que la morcilla asturiana es un acompañamiento de platos de cuchara, con lo cual no lo vamos a ingerir en demasía. Como todo, no hay que desterrarlo de las dietas, sino comerlo con moderación o, incluso, de manera puntual si tenemos problemas de salud. No hay que olvidar que la morcilla también tiene interesantes propiedades dado su alto contenido en proteínas, zinc y hierro, dos minerales estos últimos que no suelen encontrarse muy a menudo en las dietas modernas y que, en el caso del hierro, es fundamental para combatir la anemia.