Con el verano llegan las parrilladas. Es importante comprar carne y embutidos de primera, y no olvidarse de apagar las brasas y recoger la basura al terminar

Llega el verano y, con él, las barbacoas. La excusa perfecta para reunirnos con familia y amigos y compartir con ellos las carnes, chacinas y embutidos más sabrosos. No se olviden del combustible. Dicen que el mejor y más seguro es el carbón: las brasas duran más y mantienen una potencia calorífica constante. Tampoco, de las salsas para acompañar los platos y de las bebidas para hidratarse. Y, por supuesto, de comprar carne en cantidad y de primera. Nosotros les proponemos las ‘Salchichas de Cine’ de Embutidos El Hórreo y, cómo no, nuestros chorizos para la barbacoa. Por algo han sido distinguidos como Producto Innovador en la última edición de la Feria PLMA de Ámsterdam, la más importante del mundo de marcas de distribuidor. Y ante todo preparen la barbacoa en un lugar autorizado y apaguen bien los rescoldos antes de irse. Así se evitarán sustos y, sobre todo, no provocarán daños irreparables al entorno.

La normativa en barbacoas al aire libre

En julio de 2005, un devastador incendio arrasó 2.400 hectáreas de alto valor ecológico pertenecientes al Parque Natural del Alto Tajo en Guadalajara. Además, aquel suceso se cobró la vida de 11 personas, todas ellas miembros de los equipos de extinción. El origen de aquel fuego, que marcó un antes y un después en la normativa de prevención de incendios, estuvo en una barbacoa mal apagada. No se trata de provocar escalofríos, de remover conciencias, ni de disuadir a nadie de disfrutar de una jornada de comida campestre. Pero sí de alertar del peligro de elegir un lugar no habilitado para ello, de no respetar las indicaciones de las autoridades y de no controlar el fuego y las brasas.

Cada comunidad autónoma tiene su propia legislación con respecto a la preparación de barbacoas en espacios públicos. Pero en general todas limitan o prohíben las parrilladas desde finales de primavera a comienzos del otoño en los entornos próximos a las masas forestales. De hecho también establecen una distancia mínima con respecto a éstas. Por ejemplo, Andalucía prohíbe barbacoas, quemas agrícolas o paso de vehículos a motor a menos de 400 metros de los espacios forestales. Madrid establece un perímetro mínimo de 200 metros. Y Asturias, donde se encuentra enclavada las instalaciones de Embutidos El Hórreo, marca una banda mínima de 100 metros de distancia, durante los meses de julio, agosto y septiembre. Otro factor importante que hay que tener en cuenta es el Índice de Riesgo de Incendios. En el Principado ha de ser inferior al Nivel 4, y siempre que el lugar elegido para hacer fuego sea una instalación autorizada para tal fin.

La lista de la compra

Teniendo presentes todos estos factores, ya podemos organizar nuestra barbacoa. Lo primero, es saber cuántas personas van a acudir para calcular cantidades y hacer acopio de las viandas. Como buen anfitrión/a, no queremos que nadie se quede con hambre. Y ya puestos a ser previsores, tener en cuenta unas normas mínimas de seguridad. No se olviden de los útiles necesarios para manejar el fuego: pinzas para dar la vuelta a la carne, guantes para protegernos y algún hierro para remover las brasas. A la hora de hacer la compra, también es importante que apuntemos en la lista salsas para acompañar nuestros platos y bebidas para hidratarnos. Y, por supuesto, otros entrantes y ensaladas para aligerar el menú y darle un toque más fresco.

Un punto importante es el combustible que vamos a utilizar: sarmientos, leña, ramas, carbón… Cada fuente de calor tiene sus ventajas e inconvenientes, y el buen parrillero debe conocer sus secretos. Las ramas probablemente aporten un mejor sabor a la carne, pero hay que estar alimentando constantemente el fuego para seguir generando brasas. El carbón es, sin embargo, un combustible más seguro. Las brasas duran mucho y mantienen una potencia constante.

Para los novatos recordar que no se asan las carnes y embutidos directamente sobre las llamas, sino sobre las brasas, que han de tener un color blanquecino o grisáceo para que estén en su punto. Es importante que sea así para que la carne no se queme por fuera y se quede demasiado cruda por dentro.

Con orden y concierto

Es importante no sacar la carne de la nevera y ponerla inmediatamente a la parrilla. Algunas piezas, sobre todo las más frescas, necesitan un tiempo fuera de los sistemas de refrigeración para atemperarse. Y hay que seguir un orden. Primero es conveniente asar chorizos, pancetas, morcillas y salchichas. Después, la carne propiamente dicha. Y tomárselo con tranquilidad: no hay que pinchar las piezas ni darles continuamente la vuelta. Sólo cuando estén en su punto.

Una vez hayan terminado, es importante apagar bien las brasas para no llevarse sustos y evitar lamentables consecuencias. Y para ir adelantando trabajo, mejor limpiar la parrilla ‘en caliente’ para evitar tener que hacerlo la próxima vez. La suciedad en frío es mucho más resistente.

Otras sugerencias

Ya puestos a ser limpios, no se olvide de llevar unas bolsas de basura para recoger los restos. Es un consejo importante, sobre todo si la barbacoa es al aire libre.

No sólo de carne y embutidos vive el hombre. Además, como complemento, también puede asar verduras, pescados o mariscos.

A la hora de preparar el menú, es importante saber si entre los comensales hay personas con algún tipo de intolerancia alimentaria (al gluten, la lactosa, el huevo….) y buscar alternativas. Así todo el mundo podrá comer y sentirse a gusto.